

CARLA TOMLLENOVICH
Cada vez estamos más cerca del primer aniversario de Art Factory, y éste ciclo de entrevistas a nuestra comunidad de artistas se ha vuelto un clásico semanal. En este encuentro, conoceremos a Carla Tomllenovich, psicóloga y artista visual de Córdoba. Sus exquisitas producciones, con una fuerte impronta personal, nos deja impactados a quienes tenemos el placer de toparnos con sus creaciones.
¿Cómo llegaste al arte?
Fue una decisión más bien impulsiva, no sé si hubo un recorrido. En el momento de terminar la secundaria y pasar a elegir una carrera, quizás el arte tuvo que ver con una elección muy libre, pero muy sorpresiva también. Si bien no había artistas en mi familia ni era una familia que inculcara el arte, por el contrario, creo que fue más bien una decisión para ser una disidente en ese momento, para salir a otro mundo, y el arte me presento ese otro mundo que estuvo muy bueno. Por sorpresa en esa decisión tan impulsiva me encontré con un contexto que me gustaba. Pero después por diversas alternativas decidí involucrarme en la carrera de psicología. Tuvo que ver que me costó ingresar al “cómo se movía el arte”, y no lo entendía. Hoy está mucho más cerca porque por ejemplo la existencia de las redes, los tiempos han cambiado, y los artistas están mucho mas favorecidos. Pero pude terminar mi carrera en la Escuela Figueroa Alcorta, que en ese entonces entregaba el título de “Perito y Profesor en Artes Plásticas.
“…lo que intento comunicar tiene que ver con algo volitivo, con intencionalidad... El proceso es un proceso de comunicación entre lo material y mi mundo, que hasta yo desconozco.”
Y actualmente ¿con qué disciplina te sentís identificada o con qué técnica representas a tu obra? Y en cuanto a mensaje a tu obra, ¿Qué es lo que intentas de manera expresiva comunicar con tus producciones?
Siempre me identifiqué con el color, por eso trabajé con la pintura. Me identifico con el color, porque en realidad a la pintura la fui trasladando a distintos soportes, eso me quedo muy claro en la escuela de arte, de que el artista era aquel que podía descubrir, y un poco era un basurero de la ciudad que se encontraba con objetos, y bueno, fui pintando sobre lo que encontraba, pero siempre fue un trabajo de color.
Desde un propósito, lo que intento comunicar tiene que ver con algo volitivo, con intencionalidad. Cuando estoy en un proceso creativo tiene implícitamente algo para comunicar, lo que no voy a saber es qué intento comunicar hasta que la obra esté terminada. El proceso es un proceso de comunicación entre lo material y mi mundo, que hasta yo desconozco. No trabajo con boceto, me encantan los materiales, los agarro, los manipulo, y me encuentro en un proceso y en un final que nunca lo voy a poder saber de ante mano, por lo tanto, no voy a saber que comunica mi pintura hasta que no lo tenga enfrente. Sí creo que podemos pensar en un dialogo entre el artista y los materiales, los materiales lo podríamos pensar como las palabras, cuando uno va teniendo un dialogo con otro y las palabras van surgiendo, los materiales son un poco así, la obra terminada seria como un texto que no sabemos muy bien como va a quedar.
¿En qué estás trabajando actualmente?
Estoy terminando con estas obras de las radiografías, con estas imágenes de pacientes, no de pacientes que yo veo, sino que las radiografías están utilizadas como un elemento simbólico entorno al fenómeno de enfermedad, y cómo una radiografía muestra la interioridad de un cuerpo, y cómo ese cuerpo es tomado por el cuerpo médico, y cómo el paciente transita ese estar enfermo, su relación con su cuerpo. La radiografía es un instrumento simbólico de lo que ingresa al cuerpo, pero que termina en algunos pacientes denunciando aspectos de este cuerpo que son sumamente fuertes y que son irrepresentables en el paciente. “La irrepresentabilidad”, cómo presentar aquello que una fotografía denuncia, cómo un paciente puede representarse semejante diagnóstico. Fue como darle imagen al sujeto, no solo a la radiografía, sino relacionar al sujeto que recibe esta fotografía. Esto va abriendo a otra serie, intercalando con momentos de movimiento interno, para buscar algún tipo de remanso, y creo que voy a comenzar con algo más tranquilo en mis próximas producciones, pero considero que son procesos necesarios.
“Mi experiencia fue un tanto reparadora quizás,
porque las galerías son muy cerradas…
Es un espacio que puede alojar, que por momentos intenta una convivencia entre la diversidad, que no es fácil
tomar lo diferente y aceptarlo.”
¿Cómo diste con Art Factory? Contame un poco de tu experiencia.
Paseando, la vi y me pareció un lugar estratégico, donde el arte todavía no estaba circulando. Me llamo la atención el montaje super moderno, interesante, algo distinto. Me encontré con una galería que no hay que estar buscando una dirección para encontrarla, me pareció que tenía fácil acceso para mucha gente que a lo mejor no busca una galería, no hablo del artista, sino de la gente que puede transitar. Así tropecé con ella, la busqué por internet y le escribí a Andrea. Esa fue mi manera de llegar.
Mi experiencia fue un tanto reparadora quizás, porque las galerías son muy cerradas. A las galerías que hay que andar buscándolas seguramente son estos espacios que tampoco son de fácil acceso como artista. Es un espacio que puede alojar, que por momentos intenta una convivencia entre la diversidad, que no es fácil tomar lo diferente y aceptarlo. Y creo que en la galería conviven estilos diferentes, trayectos diferentes. Es lo que demuestra Art Factory, que brinda espacio y que cada uno está ahí para mostrar, mostrarse y conectarse con otros en lo que hace, y por supuesto los resultados serán diversos.
¿Cuál es tu mensaje para los lectores, tanto artistas como público en general?
Quizás lo que traería como un aprendizaje muy importante en torno al arte, en el trayecto de hacer arte, lo más significativo de este recorrido ha sido la experiencia. Todo trayecto que pueda dejar una experiencia, que puede ser la pintura, la escultura, el grabado, la cerámica, el uso del color, del dibujo, cualquiera sea esa inclinación me parece que lo mas valioso es la experiencia que nos deja el transitar haciendo arte. Creo que tiene que ver con las experiencias humanas, y el arte nos interpela, nos deja experiencias por momentos frustrantes, por momentos regocijantes, nos deja experiencias que pueden ser excitatorias, pero remarco que para quien hace arte, el trayecto con ello es muy singular. Diría que es lo intransferible, y que cada uno lo atravesará con lo que tiene.




Art Factory es ese lugar de encuentro de una comunidad que sigue creciendo, desde nuestra impronta de convivir con una diversidad creativa, como nos comenta Carla en su paso por nuestro espacio, aceptando lo diferente. Es ese proyecto que surgió como un espacio por y para los artistas, potenciando y creyendo en su trabajo. Agradecemos a Carla y a todos los lectores por acompañar en este breve recorrido sobre sus procesos creativos y su impronta artística.
Entrevistada: Carla Tomllenovich, Artista Plástica.