El proyecto que desde hace unos meses comenzamos a llevar a cabo en Art Factory llamado “Ciclo de Entrevistas a Artistas”, pudo acercarnos a la vida y obra de los diversos artistas que nos vienen acompañando durante este primer año. En esta edición, presentaremos a nuestra querida Katy Bainotty, una artista con gran capacidad de resiliencia no solo en lo personal, sino también en su despertar creativo. Nos cuenta sus inicios en el arte, el cómo su poder interno devuelve esa energía en indescriptibles piezas artísticas, y su paso por nuestro querido espacio.

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¿Cómo llegaste al arte?

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Tengo recuerdos de a mis los seis años ya saber coser y bordar, pero aún no sabía escribir. Siempre hice cosas artísticas, me encanta reciclar, me gusta el reciclado de muebles. Inicié hace un tiempo con una clínica de arte con Fabhio Di Camozzi, quien me ayudo a empezar en el camino del artista, a definirme como artista, y a raíz de eso surge retomar en el arte una situación que como familia nos tocó vivir. En 2015 creció el rio de Jesús María, y derrumbó mi casa. Con toda esa situación, comienzo a trabajar en una serie de obras llamada “Resiliencia”, con esas obras me animo a incorporar materiales como ladrillos, maderas, chapas, hierro, que son elementos que quedaron de la casa. Hasta ese entonces solamente pintaba, reciclaba, o modelaba, pero a partir de esto comienzo a fusionar elementos, me siento muy gratificada y considero que ese es mi estilo, utilizar elementos reutilizables. Este año se hicieron 6 años de este episodio, por lo que decidí hacer un video en Instagram (IGTV), el cual se viralizó e hizo que se acercaran algunos medios de comunicación, y eso me impulsó mucho como artista. 

Desde enero del 2020 me organicé para dedicarme full time al arte, y este tiempo de aislamiento me ayudo para hacer introspección y sacar para afuera todo lo que como artista quiero comunicar. No estoy formada en el mundo del arte, siempre estuve en la búsqueda, tomando cursos, impulsando mi curiosidad. No me ato a las estructuras reglamentarias del arte, indago.

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“Cuando desarrollo la obra, es un diálogo interno con mi esencia,

y lo dejo abierto para que el observador

le llegue lo que le tenga que llegar.”

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Y actualmente ¿con qué disciplina te sentís identificada o con qué técnica representas a tu obra? Y en cuanto a mensaje a tu obra, ¿Qué es lo que intentas de manera expresiva comunicar con tus producciones?

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Hoy me muestro con la pintura, pero trabajo con la pintura y la cerámica. Voy mezclando, con una variedad de elementos, colores, texturas y elementos reutilizables. 

Estoy trabajando en dos proyectos, uno tiene que ver con ventanas antiguas recicladas, en un trabajo de escultura-instalación, donde quiero reflejar qué es lo que ve uno desde la ventana hacia el afuera y qué es lo que uno ve desde la ventana del alma, lo exterior e interior, aplicando la abstracción.

También me encuentro haciendo un taller donde experimento con diversas técnicas, pero en base a temáticas que me interesan, por ejemplo, sobre la línea del puente colgante, desde el dónde estoy y a dónde quiero llegar, y el concepto de “colgante” porque te comunica, pero que requiere que tengas un perfecto equilibrio para cruzarlo. O por ejemplo desde el concepto de “nido”, (tengo casitas para pájaros en mi patio), desde la observación de cómo viven los pájaros en la naturaleza y cómo se refleja eso en la vida familiar, el compartir hacer el nido, la alimentación, pero lo que es más importante es el pichoncito, o que cada uno tiene que romper el huevo de adentro hacia afuera para recibir todo eso. Ese misticismo de tu vida interior llevarlo a la vida exterior y compartirlo para que realmente te llegue.

Cuando desarrollo la obra, es un diálogo interno con mi esencia, y lo dejo abierto para que el observador le llegue lo que le tenga que llegar.

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“En una vida difícil que nos toca transitar… el arte es ese lugar que tenemos para ser felices y encontrarnos con nosotros mismos…”

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¿Cómo diste con Art Factory? Contame un poco de tu experiencia.

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Cuando hacía la clínica que te comete anteriormente, en un momento se me dice que ya estaba lista para mostrarme, y me agarraron los nervios. Dudé, no me animaba, pero mandé un mail a la galería y me puse en contacto. “Santa Andrea” fue muy amigable, me hizo sentir muy bien, muy segura, y arranqué. A Andrea le debo mi primer paso en la exposición, sobre todo por animarme, y que me explicara lo que era una colgada, o una inauguración, que no se podía hacer por las circunstancias que nos atravesaba. Me brindó toda la seguridad, la experiencia y siempre agradecida porque me enseñó. Estoy muy contenta con Art Factory, es fabuloso lo que hacen con los artistas, es un acto de gran solidaridad. Importa la solidaridad y la empatía con cada uno de los artistas, ella se acuerda de los artistas, de sus obras, y eso es muy agradable para el corazón, sobre todo en este camino donde con el arte te cierran las puertas.

 

¿Cuál es tu mensaje para los lectores, tanto artistas como público en general?

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Uno de mis objetivos es inspirar arte a otros, esto de romper las estructuras, el no tener conocimiento, el no animarse, yo quiero que la gente se anime a vivir el arte desde el lugar que lo sienta, porque para mí es el camino que nos hace ser feliz. En una vida difícil que nos toca transitar, llámese “pandemia”, “economía”, “situación”, “relaciones amorosas”, “problemas”, etcétera, el arte es ese lugar que tenemos para ser felices y encontrarnos con nosotros mismos, desde esa base que es la esencia de quienes somos. Inspirarnos siempre, en lo que sea, pero con actitud de vivir el arte.