Romina Rudy, Artista ceramista, reside en Villa Allende, Córdoba. Hace algunos años abrió su propio taller donde comenzó a darle empuje a sus producciones artísticas, interviniendo piezas desde la producción, diseño y decoración en cerámica baja. Conoceremos un poco su llegada a esta disciplina dentro de las “artes del fuego”, su participación en Art Factory y su actualidad creativa.

​

 

“...fue volver de a poco a todo lo que hice de chica,

fue volver a mi esencia en realidad.”

​

 

¿Cómo llegaste al arte?

​

Creo que nací en el arte. De chica mi mamá me mandaba al taller de una señora de mi barrio que enseñaba dibujo. Esa era mi actividad extracurricular, hacer dibujos con lápices. Fui años, hasta que entré a la “Spilimbergo” (cuando estaba en la calle Salta) a los cursos para niños y adolescentes. Cuando terminé los cursos no tenía la edad para comenzar la carrera que impartían; hice todo lo que pude ahí hasta que no pude seguir más y dejé. Por cosas de la vida me dedique a otras actividades y retome el arte de grande. Siempre me gustó lo manual, hasta que conocí la pintura sobre cerámica. Empecé con eso y como había cosas que no me cerraban comencé a investigar, y siempre quería algo más. Ese fue mi camino, fue volver de a poco a todo lo que hice de chica, fue volver a mi esencia en realidad.

​

Y actualmente ¿con qué disciplina te sentís identificada o con qué técnica representas a tu obra? Y en cuanto a mensaje a tu obra, ¿Qué es lo que intentas de manera expresiva comunicar con tus producciones?

​

La cerámica es con lo que mejor me expreso, es mi medio más sencillo para manifestar desde la pintura y el modelado. El dominio que tengo sobre los productos hace que me resulte fácil lograr lo que tengo en mente; por ahora, no me llama la atención el uso de otros materiales. Me identifico con esto, voy investigando, probando, pero siempre dentro de la cerámica, utilizando diferentes pastas o combinaciones de pintura. Voy investigando, pero siempre dentro de mi competencia. 

En cuanto a mensaje, cada pieza tiene su significado. Por ejemplo, en los adornos y en las piezas deco lo llamo “arte cotidiano” y busco que sean piezas únicas, no en serie. Busco el detalle en relación al momento que uno va viviendo ¿no?. Otras piezas como los toros, que nacieron en un tiempo, han pasado por diferentes vestimentas, sentimientos y emociones de ese momento; hay algunos que tienen colores más agresivos, que denotan una lucha interna y en otros, una lucha con el afuera. Hay otros que están vestidos de diferentes nacionalidades, ¡hasta hay uno que está tatuado! La serie Rita, de quien les contaré más adelante, nace desde un trabajo mío como mujer, como artista, como madre, como hija, quizás sea un cierre a mi historia familiar. Todas mis producciones tienen mucho de eso consciente e inconsciente, y todo tiene que ver con todo.

 

¿En qué estás trabajando actualmente?

​

Desde diciembre del año pasado, estoy trabajando la serie “Rita Cordelia”. Es una colección de cabezas de mujer, en esta primera etapa de la serie, todas tienen un mismo lenguaje visual, son todas piezas blancas por fuera con detalles dorados y por dentro cada una tiene un color en particular, además, cada una posee elementos incorporados en la cabeza, estos son modelados a mano e incorporados según la temática.

Primeramente, iba a ser una serie acotada pero que va camino a ser una serie ilimitada, uno por el significado que tiene y otro por el placer que me da hacerla. Es una satisfacción muy grande con cada una de las “Ritas” que voy realizando y pintando, esos placeres que a esta altura de mi vida no puedo privarme de hacer y que tanto amo. Me doy el lujo de decir “voy hacer todas las que sean necesarias porque realmente me encantan”. 

​

 

“Creo que el arte nos pertenece a todos.”

​

​

¿Cómo diste con Art Factory? Contame un poco de tu experiencia.

​

Llegué porque seguía a una seguidora de Art Factory y a través de ella en Instagram vi una convocatoria que hacía la galería, entonces me comuniqué y fui. Y aquí estoy.

Mi experiencia es muy positiva, por la apertura que tiene la galería hacia artistas reconocidos y no reconocidos.  El dar una oportunidad a los artistas emergentes y el trabajo que hacen es diferenciador, sobre todo en Córdoba donde no existe otro espacio como Art Factory.

 

¿Cuál es tu mensaje para los lectores, tanto artistas como público en general?

​

Mi mensaje es que hay que dejar un poco el tema de los prejuicios de que el arte es de unos pocos. Creo que el arte nos pertenece a todos. El arte tiene un valor diferencial que no sabemos apreciar y que es esa huella que deja el artista; deja su mirada, su impronta, su energía, y hay un montón de cosas detrás de cada obra que la hace única. Tenemos preconceptos de que el arte si no es de alguien conocido no es válido y me parece que, si te detienes a mirar la obra y te gusta, no importa de quien sea, es porque hay algo de esa obra, de quien la realizó que está conectando con vos. Hay que animarse a llegar a estos lugares y romper un poco esas estructuras que tenemos.