

VICTORIA ZANTEDESCHI
En nuestro encuentro semanal de Ciclo de Entrevistas con Artistas presentamos a la artista VICTORIA ZANTEDESCHI, nacida en buenos aires, actualmente reside en la ciudad de Córdoba Capital. Licenciada en Pintura, Profesora, y estudiante de la Tecnicatura en Escenografía, nos comenta sobre su acercamiento al arte, su pasión por el color y por construir obras desde un lugar significativo, auténtico y genuino.
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¿Cómo llegaste al arte?
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Siempre me gustó mucho la música, estudiaba música cuando era chica, y esto tuvo que ver con introducirme al arte visual. En Quilmes, de donde soy, está Bellas Artes, estaban arte y música cerca, y había algo de ese lugar, de Bellas Artes, que me fascinaba. En el último año del secundario cuando tuve que decidir que estudiar, me interesaba la escenografía, entonces me anoté en la Universidad de La Plata, pero me terminé viniendo a Córdoba. A esa edad quería salir de buenos aires, y me gustó mucho la ciudad de Córdoba. Ahí empecé un camino hermoso para mí, de descubrimiento, de amistades, de todo lo que implica estudiar una carrera tan hermosa como la de pintura.
Vengo de una familia que fue formada desde lo espiritual, lo sensible, donde aprendí que no todo lo que se ve se puede ver a través de los ojos. Sentía que el color me transmitía algo que no podía comunicar con palabras, me produce emociones que no puedo explicar pero que siento su vibración. Me gustó explorar por ahí, conocer cuál era mi intención, mi búsqueda, e intentar producir eso en una persona, para que pueda vea algo y que esto lo atraviese.
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“Es como ser un alquimista dentro de lo complejo
que es el ser humano, de transmutar algo y
que la otra persona lo reciba.”
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Y actualmente ¿con qué disciplina te sentís identificada o con qué técnica representas a tu obra? Y en cuanto a mensaje a tu obra, ¿Qué es lo que intentas de manera expresiva comunicar con tus producciones?
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Con la pintura. Mi búsqueda tiene que ver con lo que no se puede ver con los ojos, aplico las trasparencias, las superposiciones de colores, y generalmente suelo hacer bastantes capas. Lo que busco es que se descubran cosas nuevas mientras se observan, tiene que ver con la percepción, con lo que no se puede ver a simple vista. Me gusta mucho la abstracción, pero también hago cosas figurativas.
Utilizo el color y el gesto, generalmente son cosas medias bruscas. Si me dejo llevar me gusta, a veces salen cosas desprolijas, y eso es espontáneo y genuino.
No sé si hay un mensaje cerrado, me gusta esto de crear un lazo invisible entre yo como artista y el espectador para que resignifique la obra. En un momento estoy haciendo algo atemporal y la persona lo recibe, y me parece maravilloso.
Hay una anécdota que me gusta contar, y es que en una situación compleja emocionalmente que me tocó vivir, un día llego a mi casa y tengo frente un bastidor, entonces me puse a pintar un cuadro, así visceralmente plasmé todas esas emociones, esa tristeza. Lo publiqué en redes y a los diez minutos lo vendí. Me pareció maravilloso, que con esa emoción que tenía, que no era agradable, se produjo una alquimia, y que a una persona le guste tanto. Es como trasmutar eso y que al otro le haga bien, me parece lindo. Es como ser un alquimista dentro de lo complejo que es el ser humano, de transmutar algo y que la otra persona lo reciba.
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¿En qué estás trabajando actualmente?
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No paro de producir. Estoy trabajando constantemente en mis producciones.
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“El secreto es conectarse con uno y ser lo más genuino posible, y ser coherente con lo que uno quiere transmitir. Es como alquimizar lo que tengo adentro, es uno de mis objetivos.”
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¿Cómo diste con Art Factory? Contame un poco de tu experiencia.
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Estaba buscando lugares donde se pudiese mover mi obra, entonces, me llegó la convocatoria de la galería. La conocí a Andrea y me pareció una divina, muy profesional, abierta y organizada. Hablé con ella y me gustó su manera de trabajar. Si bien la galería es joven la galería, la siento con mucha energía.
Mi experiencia fue buena, me parece lindo que circule, mostrarse. También hay gente que se acerca a los artistas mediante las publicaciones de las redes de Art Factory, y eso es muy positivo.
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¿Cuál es tu mensaje para los lectores, tanto artistas como público en general?
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Yo creo que hay cosas que son simples de decir, pero no de aplicar. Frida lo resume diciendo que ella se queda tranquila porque fue auténtica, y me parece interesante esto de seguir el propio camino, y es difícil de combinar porque está el mundo y esta uno. A veces lo que uno hace si no es aceptado por una academia hay algo de afuera que está diciendo que lo de uno hace está bien o mal, estamos todo el tiempo siendo evaluados. El secreto es conectarse con uno y ser lo más genuino posible, y ser coherente con lo que uno quiere transmitir. Es como alquimizar lo que tengo adentro, es uno de mis objetivos. Por otro lado ser genuino, es un camino complejo pero verdadero al fin.
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Victoria es un claro ejemplo de la construcción de una identidad artística, no sólo potencia sus producciones con una fuerte carga y aplicación del color, sino que logra transmutar sus propias emociones en piezas significativas y dinámicas que despiertan un interés visual en quienes disfrutamos de observarlas. Trabajar el arte desde un lugar genuino y autentico, es un desafío constante para los y las artistas, pero como dice Zantedeschi: “es un camino complejo pero verdadero al fin”.
Considero indispensable trabajar la autenticidad creativa sin desvincularnos de nuestro lado sensible, ya que todos los artistas somos alquimistas de nuestras emociones y vivencias, es la gran herramienta que tenemos para hacer frente a la vida misma.
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Entrevistada: Victoria Zantedeschi, Artista Plástica.
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