Dentro del Ciclo de Entrevistas a Artistas, en vísperas de nuestro primer aniversario como galería de arte emergente de Córdoba, nos acercamos a conocer en primera persona a los diversos artistas que nos vienen acompañando, y es por ello que en esta edición les presento a una artista que con su fuerza pictórica logró cautivarnos. Los invito a que descubramos juntos a Mara Wolansky, psicóloga y artista de la ciudad de Córdoba, donde su curiosidad por el arte la llevó a encontrar su lado creativo, visibilizar sus producciones, y en este encuentro contarnos su experiencia al llegar a nuestra comunidad creadora.

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¿Cómo llegaste al arte?

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Mi acercamiento al arte, debo decir que fue gracias a que tuve muy buenos profesores en la escuela, pero también tiene que ver con una cuestión intuitiva, con el disfrute mediante la observación. Soy una persona muy observadora y eso me ayuda mucho en mi trabajo. Primeramente, me acerqué desde la observación, y ese disfrute me llevó a buscar libros de arte, acercarme de pequeña a la biblioteca con la posibilidad de poder tomar libros de adultos, o los mismos libros de arte que había en casa, y esa fue mi primera noción. Como comenté, quienes me potenciaron fueron los docentes que tuve, como, por ejemplo, Nora Reyna, o mi profesor de dibujo quien fue director del Museo Caraffa, Jorge Torres; me acuerdo de ellos porque mi escuela era un espacio muy creativo.

Llegué muy despacio, pero el dibujo siempre fue parte de mi tarea diaria, me permitía concentrarme, incluso por mucho tiempo lo utilizaba como medio para desconectarme. Cuando terminé la secundaria estudié Diseño Gráfico y Psicología, profesión que amo y que me resulta muy creativa. Pero volviendo al dibujo, no siempre me pareció que tenía que ser para mí, a instancias de Humberto, mi compañero, comencé a tomar clases hace cuatro o cinco años en diversos talleres, y finalmente a pensarlo profesionalmente, a aprender más sobre técnica, sobre color, y a partir de allí poder largarme. 

Decidí que el arte también tenía que tener un espacio y un tiempo para investigar y trabajar en mis producciones, poder encontrar ese espacio interno y externo para poder desarrollarme, y de a poco encontrar la confianza en lo que hago.

 

“En todas mis obras está el cuerpo femenino… que para mí resultó

ser un reconocimiento, a la belleza, a sus luchas. “

 

Y actualmente ¿con qué disciplina te sentís identificada o con qué técnica representas a tu obra? Y en cuanto a mensaje a tu obra, ¿Qué es lo que intentas de manera expresiva comunicar con tus producciones?

Algo característico en mí es que siempre dibujo la figura femenina. Si bien fui probando diversos materiales, el acrílico me resulta muy cómodo. Me gusta mucho dibujar, pero me fascina la pintura. Normalmente tengo una serie de pautas para empezar a trabajar, desde el boceto hasta pasarlo al lienzo, me pasa que voy haciendo registro fotográfico de las etapas de la obra y me doy cuenta que disfruto mucho el proceso, lo que me va pasando, los diversos estados de ánimos, como me va cambiando la paleta de colores o la mirada. Me gustan mucho los colores, es lo que más me identifica, y por todo esto la disciplina con la que me siento más cómoda es la pintura. 

Antes pasaba del papel al lienzo y siempre me pareció que el mensaje tenía que ser abierto, podías identificar la figura femenina, pero tenía más que ver con lo que la obra le generaba a cada uno, no había intencionalidad en eso. Después de hacer la clínica con Art Factory, esto que me salía intuitivamente lo comencé a pensar, en qué es lo que quiero que la gente vea en esto, en lo que estoy sintiendo, en lo que quiero transmitir, o cuál es mi emotividad en mis producciones.

En todas mis obras está el cuerpo femenino, todas tienen sus caderas, sus formas, con rostros más abstractos. Hay un mensaje ahí, sobre la mujer en construcción, o la mujer melancólica, o la mujer a la espera. En mi familia somos un matriarcado, entonces el tema de la feminidad, del cuerpo femenino, de lo que nosotras transmitimos, siempre está la mujer, y gracias a la clínica trabajé en darle un sentido a la obra, que para mí resultó ser un reconocimiento, a la belleza, a sus luchas. 

 

¿En qué estás trabajando actualmente?

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Desde hace algunos años estoy coordinando talleres de Arteterapia y este año sume la modalidad virtual, con excelente respuesta. Coordino un grupo de 8 mujeres con las que estamos trabajando a través de las distintas técnicas, el autoconocimiento, autoestima, lo femenino y las historias personales. Y en relación a mis producciones, estoy observando muchas obras, estudiando el realismo del cuerpo femenino, tratando de soltar la mano con el dibujo. Tengo la intención de planificar una muestra personal, de trabajar la mujer en la naturaleza, o la madre tierra, con un hilo conductor que me permita llegar a una muestra individual. Pero también comenzaron a llegar propuestas para hacer mi propia interpretación de retratos de mujeres que conozco, así que me encuentro pensando en las mujeres de mi vida y pretendo trabajar en eso también.

 

 

“Siento que es un espacio muy saludable, muy cuidado… Ver mi obra colgada y que la gente tenga una respuesta es muy gratificante.”

 

¿Cómo diste con Art Factory? Contame un poco de tu experiencia.

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A través de una amiga que compartió una noticia en redes y me pareció fabuloso, lo estuve procesando un par de meses, por una cuestión de inseguridad al pensar que mis obras pudiesen estar colgadas en algún lugar fuera del ámbito conocido y de que llegasen a gustar, hasta que me animé a contactar a Andrea. Fue un gran descubrimiento. Siento que es un espacio muy saludable, muy cuidado, por lo menos es lo que yo siento. Pude acercarme a hablar con ella, mostrarle mis cosas, conversar mucho, y lo mismo me pasó con vos. Desde el primer día me sentí sumamente cuidada, y muy respetada; reconocida digamos. Ver mi obra colgada y que la gente tenga una respuesta es muy gratificante. Después pasó que se vendió la primera obra, y la persona que la compró tuvo un gesto muy lindo de compartir el lugar donde la había colocado, lo cual también me movilizó.

En un crecimiento personal donde me animo a mostrar un poco más lo que hago, la galería me permitió eso, muchos más ojos, que muchas más personas se acercaran a ver mi trabajo. El hecho de estar en las redes es muy bueno también, ver que ustedes están permanentemente ocupadas generando contenido para que les llegue a la gente, la verdad que es muy gratificante. Es una experiencia novedosa, y la visibilidad es muy buena.

 

¿Cuál es tu mensaje para los lectores, tanto artistas como público en general?

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Se divide en dos partes; el arte es parte de nuestra existencia, es fundacional, la humanidad siempre se expresó mediante alguna disciplina, y para mí el arte es así, desde que comencé a observar hasta que fui partícipe al comenzar a producirlo. Después, ser muy respetuosos de nuestros procesos personales. Todos nos expresamos de alguna manera, algunos con más técnica que otros, pero hay que respetarlo, permitir que salga, que fluya; desde lo escrito, la danza, la pintura, desde donde puedan son maneras de comunicarnos con otros, de comunicar sensaciones, sentimientos, emociones, contarles a los otros que nos pasa. Permitirse sentir a través de las artes y dejar fluir lo que sentimos.